Evidencias de calentamiento global en el Paleoceno-Eoceno en Colombia
En las últimas décadas, se ha comenzado a estudiar un fenómeno global que ocurrió hace aproximadamente 56 millones de años, conocido como el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno. Este evento provocó un aumento significativo en las temperaturas del planeta, con importantes repercusiones en consecuencia.
En la Era Terciaria, durante la transición entre el Paleoceno y el Eoceno, se registró un fenómeno de calentamiento global que resultó en la formación de un exuberante bosque tropical en Colombia. Durante este período, las temperaturas aumentaron aproximadamente entre 5°C y 8°C. La causa principal de este calentamiento se atribuye a la liberación de grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono y metano. Se han propuesto diversas teorías para explicar este fenómeno, que incluyen una combinación de causas
El calentamiento que tuvo lugar durante el límite Paleoceno-Eoceno no solo favoreció el crecimiento de los bosques tropicales, sino que también benefició a ciertas especies de reptiles y anfibios, como las tortugas, serpientes y cocodrilos. Estos animales son poiquilotermos, lo que significa que no pueden regular su temperatura corporal interna y dependen de fuentes externas de calor, lo que resulta en variaciones de temperatura de acuerdo con las condiciones ambientales. Este fenómeno contribuyó a la supervivencia de este tipo de especies.
Como evidencia del Evento Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM), se estima la presencia de restos fósiles de reptiles, como tortugas, cocodrilos y serpientes, en los sedimentos de algunas formaciones geológicas datadas en ese período. Ejemplos de estas formaciones incluyen la Formación Cerrejón en La Guajira y la Formación Arcillas de Socha en Socha, Boyacá. Aunque estas formaciones no son correlacionables, son contemporáneas
Durante un período de aproximadamente 200,000 años, la temperatura del planeta experimentó un aumento repentino de entre 5°C y 8°C. Este fenómeno se ha respaldado mediante mediciones de isótopos, análisis de fósiles y estudios palinológicos, los cuales indican este aumento de temperatura.
A nivel global, se han identificado fósiles de plantas que evidencian un calentamiento en los polos, con temperaturas ambiente que llegaron a alcanzar aproximadamente 20°C. Este fenómeno condujo al aumento de la extensión de los bosques en todo el mundo y contribuyó al incremento en los niveles del mar. Estudios paleobotánicos han revelado que, durante ese período, plantas propias de climas fríos habitaban las zonas polares.
Se estima que la generación de este fenómeno ambiental fue el resultado de diversos factores, incluyendo incendios forestales a gran escala, posibles eventos de reactivación volcánica a nivel global y posibles liberaciones de dióxido de carbono o metano desde las profundidades marinas. Como se mencionó previamente, durante un período de 200,000 años, la temperatura experimentó un aumento significativo, oscilando entre 5°C y 8°C. A continuación, se presenta una relación de las emisiones de gases de efecto invernadero durante el Paleoceno-Eoceno.
En la actualidad, las emisiones de gases de efecto invernadero se han cuadruplicado en tan solo 200 años, representando un aumento exponencial en un período de tiempo extremadamente corto. Este alarmante incremento de las emisiones ha generado preocupación a nivel global, ya que podría desencadenar catástrofes de proporciones mayores a las que ocurrieron durante el Evento Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM)
Este rápido aumento de la temperatura se debe al exceso de emisiones de gases de efecto invernadero en un período de tiempo relativamente corto, superando la capacidad de absorción de estos gases por parte de los sumideros naturales del planeta.
Para ilustrar este fenómeno, podemos observar el aumento en las emisiones de CO2: en 1960 se liberaron 10,900 millones de toneladas, mientras que en 2022 la cifra ascendió a 36,600 millones de toneladas. Esto representa más de tres veces la cantidad emitida en tan solo 22 años, lo cual constituye un riesgo significativo para el calentamiento global de nuestro planeta.