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La Tatacoa revela un secreto prehistórico: el primer fósil colombiano del «ave del terror»

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La Tatacoa revela un secreto prehistórico: el primer fósil colombiano del «ave del terror»

11 de diciembre de 2024 PALEONTOLOGÍA 0

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El Desierto de la Tatacoa, ubicado en el departamento del Huila, Colombia, ha sido testigo de un descubrimiento paleontológico sin precedentes: el primer registro de un fósil de Phorusrhacidae, comúnmente conocido como «ave del terror», en esta región. Este hallazgo, que data del Mioceno Medio, no solo enriquece la historia de la paleontología colombiana, sino que también aporta nuevas pistas sobre la distribución y ecología de estas aves extintas, conocidas por ser depredadores terrestres de gran tamaño.

El hallazgo y su importancia

El fósil, identificado como la porción distal de un tibiotarso izquierdo, fue descubierto en la Formación La Victoria dentro del Desierto de la Tatacoa. Este fragmento pertenece a un ejemplar de la subfamilia «Phorusrhacinae», un grupo de aves gigantes que alcanzaron hasta 2.4 metros de altura y pesaron más de 150 kilogramos. Lo más notable es que este fósil representa el registro más septentrional conocido de estas aves en Sudamérica, ampliando significativamente nuestra comprensión de su distribución geográfica.

Los países de Norte America y Sur America con registros de Phorusrhacids se muestran en gris. Los puntos indican la ubicación específica (con edades) donde se registraron.

El descubrimiento fue realizado después de más de un siglo de investigaciones paleontológicas en La Venta, un sitio reconocido por su biodiversidad fosilífera. Este hallazgo confirma que los Phorusrhacidae no solo habitaron las áreas más australes del continente, como Argentina y Brasil, sino también los ecosistemas tropicales de la región andina.

Presencia geográfica y estratigráfica de MT-0200 (‘Phorusrhacinae’ indet.) A, mapas de Sudamérica y Colombia que indican el Desierto de la Tatacoa en el departamento de Huila. B, mapa geológico del Grupo Honda que destaca la localidad diomatológica (modificado de Montes et al. 2021). C, columna estratigráfica de la Formación La Victoria que ilustra la procedencia de MT-0200 (modificado de Mora-Rojas et al. 2023). La unidad cartográfica marcada con un asterisco (*) denota los Conglomerados de Cerbatana.

Características del fósil

El fósil presenta una serie de rasgos anatómicos característicos de las aves del terror: un extremo distal robusto, un pons supratendineus oblicuo y una amplia trochlea cartilaginis tibialis. Estas características permiten atribuirlo con certeza a la familia Phorusrhacidae y sugieren que este ejemplar pudo haber sido uno de los más grandes registrados hasta la fecha.

MT-0200, ‘Phorusrhacinae’ indet., extremidad distal de un tibiotarso izquierdo en vistas craneal, caudal, medial, lateral y distal. Abreviaturas: cl, condylus lateralis; cm, cóndilos mediales; epm, epicondylus medialis; ii, incisura intercondilar; p, hoyo; pd, pons supratendíneo; se, surco extensorio; smf, surco m. peroné; tct, tróclea cartilaginis tibial; trf, tubérculo retinaculi m. peroné. La barra de escala representa 10 mm.

A pesar de la fragmentación del material, los investigadores estiman que este ave podría superar en tamaño a otras especies reconocidas como Phorusrhacos y Devincenzia. Esto refuerza la hipótesis de que las aves del terror ocuparon el nicho de depredadores ágiles y eficientes en diversos ecosistemas.

Extremidad distal del tibiotarso izquierdo de MT-0200 en comparación con la de otros forusrácidos de tamaño mediano a gigantesco. A, índice de ‘Phorusrhacinae’. MT-0200; B, Phorusrhacos longissimus AMNH 9497; C, Devincenzia pozzi MACN 13243; D, pantano de Patagornis AMNH 9264; E, Llallawavis scagliai MMP 5050; F, Mesembriornis milneedwardsi MACN Pv 5944. Las barras de escala representan 10 mm.

Contexto ecológico

Durante el Mioceno Medio, la región de La Venta era un ecosistema tropical diverso, caracterizado por ríos serpenteantes, bosques y sabanas. En este contexto, las aves del terror compartieron su papel de depredadores terrestres con otros animales como los esparaso­dontes y cocodrilianos sebecidos. Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre la ecología de estos depredadores, sino que también subraya su adaptación a hábitats tropicales.

Ilustración artística elaborada por una IA del “ave del terror” en su hábitat natural del Mioceno en Colombia.

Un aporte a la paleontología global

El hallazgo en La Tatacoa también tiene implicaciones para entender la biogeografía de los Phorusrhacidae. Estos gigantes emplumados probablemente se originaron en el cono sur de Sudamérica y se dispersaron hacia el norte durante eventos como el Gran Intercambio Biológico Americano, cuando se formó el Istmo de Panamá. El registro de este fósil en una región más cercana al trópico respalda esta teoría de migración.

Conclusión

El descubrimiento del primer fósil del «ave del terror» en Colombia es un testimonio de la rica historia paleontológica del país y del potencial de sitios como La Tatacoa para revelar secretos prehistóricos. Este hallazgo no sólo pone a Colombia en el mapa de los Phorusrhacidae, sino que también invita a futuros estudios sobre la evolución, adaptación y dispersión de estas fascinantes aves extintas.

 

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