Siete mundos, un planeta 3/7: Sudamérica
América del Sur: el continente más rico en especies de la tierra. Desde los desiertos secos de Atacama, donde los pingüinos se abren camino a través de un campo de minas de leones marinos, hasta los exuberantes bosques nubosos de los Andes, donde los osos andinos escalan árboles de 30 metros en busca de frutas esquivas, América del Sur está llena de lo inusual e ingenioso.
En el extremo sur del continente, los depredadores merodean el irregular paisaje patagónico. Debajo de las torres del Paine, una madre puma debe aprovechar toda su experiencia y fuerza para derribar una presa formidable. Guanaco, un pariente del camello que pesa tres veces más y puede lanzar un puma al aire.
Al este de los Andes se encuentra la selva tropical más grande del mundo: el Amazonas. Para destacarse de la multitud aquí, los manatíes azules han desarrollado rutinas de baile elaboradas y cómicas. Las ranas venenosas tienen formas únicas de proteger a sus crías. Los padres llevan sus renacuajos al estilo piggyback a bolsas individuales de agua en todo el bosque, pero deben recordar dónde se escondieron cada uno. Las preciosas lamidas de arcilla atraen bandadas de guacamayos y mariposas de color arcoíris, todos desesperados por lamer las preciosas sales.
En el sur de Brasil, los manantiales de agua dulce burbujean como cristalinas. Los peces piraputanga navegan a través de las aguas turquesas siguiendo a los monos capuchinos que se alimentan por encima. La fruta que dejan caer los primates es una comida fácil para los peces hasta que las anacondas gigantes envían a los monos a luchar por su seguridad. Los peces hambrientos recurren a saltar atléticamente del agua para arrancar la fruta directamente de las ramas.
Las selvas tropicales de América del Sur están bajo amenaza. Algunos pequeños parches de bosque colombiano son el último refugio que queda de uno de los monos más raros del mundo. Los tamarinos revolotean a través de las copas de los árboles cazando insectos, con un mechón de pelo blanco en la parte superior de sus cabezas.
Unos pájaros vuelan peligrosamente cerca de las espectaculares cataratas del Iguazú y luego desaparecen misteriosamente. Anidan detrás de la poderosa pared de agua, a salvo de los depredadores, pero esto deja a los polluelos en una posición precaria. Para sobrevivir a su primer vuelo, de alguna manera deben atravesar las cascadas más poderosas del mundo.